La actuación, que tendrá lugar los
domingos 24 de noviembre y 1 de diciembre, consistirá en eliminar la vegetación que cubre los restos y que afecta a los muros y al subsuelo del conjunto.
El objetivo es llamar la atención sobre el abandono del monumento, realzar los restos para que puedan ser visitables, detener en la medida de lo posible su degradación y fomentar el voluntariado en actuaciones de este tipo.
Los trabajos arrancarán en el molino a las 8:30 horas y se desarrollarán hasta las 14:00 horas, con descansos para beber, comer y puesta en común.
Los
voluntarios que quieran participar pueden hacerlo a través de
este enlace.
El molino presenta un
estado de ruina avanzado, provocado no solo por su abandono sino también por vándalos, expoliadores y por la erosión propia de la naturaleza que está causando daños irreversibles.
El lugar se encuentra en la
ribera izquierda del río Guadalpín en un lugar que no es de paso al que solo acceden excursionistas y paseantes. Es también lugar de paso de la carrera por Montaña Sierra Blanca.
Actualmente conocido como
molino de Magaña, guarda entre sus muros una historia que lo ubica cronológicamente en los años inmediatos a la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos (1485).
Así en 1488, los monarcas se lo concedían a Nuño de Villafañe, en León en 1475 y que participó en 1480 en las Cortes de Toledo en representación de la capital castellana.
Solo un mes después de la conquista de Marbella fue nombrado contador de la gente de pie y caballo y receptor del quinto real obtenido de todas las cabalgadas y presas y
alcalde vitalicio de la ciudad a la que se trasladó acumulando pronto poder y riqueza.
Estuvo en funcionamiento entre 1918 y 1952 gracias a uno de los últimos molineros de Marbella, Francisco Millán Jiménez, apodado Magaña.
El molino es uno de los edificios históricos
más olvidados del término municipal, nunca se ha intervenido para protegerlo, nunca se ha hecho una limpieza.
Se incluyó en el PGOU de 2010 como bien inmueble histórico protegido, pero todo quedó en el papel. A día de hoy se encuentra cubierto de vegetación, lleno de basura, abandonado y dejado a su suerte.