Esta implantación, y su posterior evaluación, ha tenido como base las competencias en el ámbito de la enfermería, llevado a cabo por la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía.
De esta forma, teniendo como referencia este trabajo, las experiencias en otros centros a nivel nacional e internacional y las evidencias científicas encontradas en este ámbito de actuación, los responsables de este proyecto, desarrollaron el mapa de competencias específicas de cada uno de los profesionales. Toda la cultura de buenas prácticas y de calidad del propio centro también fueron analizadas e incorporadas en este trabajo.
El resultado ofrece un total de 114 competencias globales de las que siete de ellas son transversales a todas las enfermeras, puesto que están totalmente vinculadas con la calidad y la seguridad en el proceso de atención al paciente, y el resto son específicas en función del perfil profesional del puesto, recogiendo las buenas prácticas más adecuadas de su ámbito de trabajo.
Los beneficios que se han conseguido con esta implantación son varios, como la integración con el proceso de contratación de enfermeras, ya que permite asignar el profesional al puesto de trabajo adecuado en función de su nivel específico de competencias. Por ejemplo, se evita que un profesional de urgencias sin experiencia en la competencia de triaje, realice la clasificación de pacientes en función del nivel de gravedad; o se garantiza que la atención de pacientes pediátricos en urgencias, lo realice siempre enfermeras con la competencia específica.
Además, este programa permite ofrecer la formación más adecuada de acuerdo con la competencia específica del profesional, de hecho, este vínculo ya ha sido incorporado al catálogo de formación, y potencia también la docencia e investigación en el centro, pues permite reconocer el grado nivel de ‘expertise’ de los profesionales, con lo que este reconocimiento supone de motivación para los propios profesionales.
Se han diseñado tres niveles de competencia, el nivel 1 es el formativo (el que reciben los profesionales que inician su desarrollo profesional de la mano de un tutor -compañero experto en esta competencia-); el 2 que supone el conocimiento correcto y adecuada ejecución de la competencia y, finalmente se ha desarrollado el nivel 3 o nivel avanzado, otorgado a profesionales con un desarrollo excelente de estas funciones y que son los que desarrollan las labores de tutoría del nivel 1 y 2.
Proceso de implantación y evaluación del mapa de competencias
Este proyecto, que se inició en al año 2006 en su fase de diseño metodológico, continuó en 2008 con la implantación del pilotaje en las áreas de enfermería de Urgencias, Obstetricia y Ginecología y Consultas Externas, procediendo desde 2009 a la implantación progresiva en el resto de unidades asistenciales. Este proceso finalizó en el año 2011. En la actualidad, se está desarrollando el trabajo de diseño de los mapas de competencias en las categorías de auxiliares de enfermería y celadores.
El procedimiento se inició con el desarrollo del mapa de competencias de cada uno de los profesionales en función de su puesto específico llevado a cabo por los líderes enfermeros de la organización y los profesionales expertos de cada especialidad. Estos paneles de expertos, determinaron las buenas prácticas más adecuadas y el sistema de detección y evaluación acorde con la competencia. Cuando las competencias estuvieron elaboradas, se contó con el feed-back del resto de profesionales enfermeros para realizar correcciones y mejorar la definición.
Posteriormente, se creó una comisión hospitalaria encargada de organizar el proceso de evaluación de los profesionales. Este grupo, compuesto por los responsables de enfermería del hospital, cuenta con el apoyo de 36 evaluadores que participan en un proceso de evaluación que se realiza una vez al año y que permite certificar el nivel de acreditación. Además, es importante la participación de los tutores clínicos, que evalúan la práctica asistencial en el puesto de trabajo.
El seguimiento realizado desde el área de contratación junto con el que realiza el responsable de enfermería y el tutor clínico, unido al proceso de evaluación realizado por expertos y la certificación de la comisión de desarrollo profesional del centro, permite las garantías necesarias para contar con los mejores profesionales en el entorno específico de la atención sanitaria.