Son muy pocas las obras de gran envergadura que acomete el Ayuntamiento de Marbella, pero una de ellas es el nuevo
pabellón deportivo de San Pedro Alcántara, que se ha convertido en un
auténtico despropósito.
Es una actuación eterna, que no para de acumular retrasos y que cuenta ya con dos modificaciones del presupuesto.
Su
coste final se ha disparado al pasar de los 5,6 millones en que se contrató a los 7,3 millones.
En cuanto a los plazos, las obras se adjudicaron a finales de
marzo de 2022 a la empresa Guamar S.A. y, a día de hoy, todavía no se ha inaugurado la instalación.
Son casi tres años, pese a que el pliego figuraba un
plazo de ejecución de 15 meses.
Se había anunciado que estaría listo en la primavera de 2023 y, posteriormente, para finales de ese año y luego para primeros de 2024.
En
abril del año pasado, la alcaldesa visitó las obras y dijo que estaría listo para
septiembre, algo que tampoco ocurrió.
Sobrecoste
Durante este tiempo, además, se han realizado
dos modificaciones del contrato, elevando el presupuesto en
1,7 millones de euros (1.689.634,52 euros).
El importe de adjudicación fue de
5.607.651,49 euros, a los que en julio de 2023 se añadieron 1.570.145,13 euros, un 28% más.
Recientemente, en noviembre de 2024, se han sumado 119.489,39 euros, según la información a la que ha tenido acceso
Marbella24horas.
Esto supone que el pabellón saldrá finalmente por
7.297.286,01 euros, con un
sobrecoste del 30%.
Desde 2009
Si en 2025, como es de esperar, se inagura por fin este pabellón, habrán pasado
16 años desde que se empezó a plantear.
Fue el
13 de febrero de 2009 cuando Ángeles Muñoz anunció el proyecto para dotar a la zona de El Ingenio de más de 14.000 metros cuadrados de instalaciones deportivas.
El primer paso era un pabellón cubierto de más de 2.000 metros cuadrados, que iba a comenzar a construirse ese mismo año ya que existía una partida presupuestaria de 1,4 millones de euros.
Aprovechó que Marbella era en el aquel momento la
Ciudad Europea del Deporte para anunciar este proyecto para el que pidió cofinanciación a la Junta de Andalucía.
Con la administración autonómica, gobernada por el PSOE, firmó en septiembre de ese mismo año un convenio para ello.
Pasaron cuatro años y, como el pabellón no se había hecho, el 30 de enero de 2013 se ordenó la
devolución de la subvención a la Junta, además del pago de algo más de 10.000 euros en intereses.
Desde ese momento hasta 2022 que arrancaron las obras pasaron nueve años.
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