El acto ha tenido lugar en la sede de la Sociedad Económica de Amigos del País, donde se ha puesto de largo esta investigación de José Bernal sobre la represaliada concejala socialista de Málaga.
El autor ha explicado que el libro es la "reivindicación de un
personaje silenciado por la historia" y también de "la mujer en la sociedad".
La historia que ha podido recopilar llega
hasta 1947, cuando se le pierde definitivamente el rastro.
"Me habría gustado hacerlo más extenso, pero hemos llegado hasta donde las fuentes nos han permitido".
Por ello, Bernal ha mostrado su esperanza de que, con las noticias sobre el libro, alguno de
sus descendientes, a los que le ha sido imposible localizar, pueda aparecer y se le dé continuidad al relato.
En su intervención ha señalado que "nadie había escuchado hablar de Esperanza Puerta", que fue la
primera concejala del Ayuntamiento de Málaga en democracia.
Antes hubo otra, durante la dictadura de Primo de Rivera. Se trata de
Teresa Azpiazu y Paul, que además tiene una calle en la capital malagueña.
Pero nada se había sabido de la protagonista de su libro, salvo alguna "leve referencia" en
tesis doctorales sobre la Segunda República y la Guerra Civil.
Por ello, se animó a contar su historia y
rescatarla del olvido y comenzó a investigar sobre la figura de esta mujer represaliada por el franquismo.
Esperanza Puerta Caballero fue
concejala en Málaga entre marzo de 1936 y febrero de 1937, fecha esta última en la que las tropas fascistas entraron en la ciudad.
La obra relata su detención, el consejo de guerra y su paso por distintas cárceles hasta que fue puesta en libertad vigilada.
Según ha explicado Bernal, la protagonista de esta historia nació el 1 de noviembre de 1899 en el seno de
una familia socialista, hija de Pedro Puerta, "otro desconocido que demanda una historia propia".
Algunos de sus familiares contribuyeron a implantar el PSOE en Vélez-Málaga y la comarca de la Axarquía.
También destacó la figura de su marido,
Humberto Herrero, un "significado socialista y sindicalista".
Tras la caída de Málaga en manos de los nacionales, y quizá tras huir a Valencia, ambos fueron detenidos de regreso a Málaga el 11 de mayo de 1939.
Entraron en la
Prisión Provincial de Málaga, un lugar muy duro y más aún para las mujeres "rojas".
Poco después comenzó el
consejo de guerra, con los habituales procedimientos sumarísimos, y fueron condenados a treinta años de reclusión mayor, equivalente a la perpetua.
Esperanza acabó interna en la
Prisión Provincial de Pamplona mientras su marido estaba en el penal de Cáceres.
El 2 de marzo de 1944 logró la
liberación condicional con 46 años y tras haber cumplido 5 años, 2 meses y 29 días de prisión.
Fijó su residencia en Málaga y ahí fue también condenada al olvido porque nada más se volvió a saber de ella hasta ahora.