El restaurador se ha despedido rodeado de amigos, que han ido pasando por el restaurante durante esta semana, los últimos hoy mismo, como lo que ha compartido comida, la última.
Por la tarde ya no ha abierto, con lo que las últimas cenas se sirvieron ayer miércoles, todo un privilegio para los que pudieron estar en sus mesas.
Con el cierre del Restaurante Santiago se va a
una parte de la historia de Marbella, de aquella ciudad de la jet-set que floreció en el mundo del turismo hasta lo que es hoy día.
Desde sus fogones se han servido comidas para personalidades como el magnate
Aristóteles Onassis, acompañado por
Jacquelin Kennedy y, en otra ocasión, por
María Callas.
También actores como
Orson Welles,
Sofía Loren o
Anthony Quinn, los reyes de España o el rey Fahd de Arabia Saudí, o el por entonces secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan.
El listado es impresionante y confiere al establecimiento un nivel mítico en el municipio, quizá irrepetible en ningún otro.
Santiago Domínguez lleva
más de 60 años en Marbella, a donde llegó desde su Burgos natal. Puso en marcha entonces un chiringuito en la playa de La Venus, enfrente de donde después abriría su restaurante en 1972.
Durante estos últimos días, en los que ha sido más que nunca el centro de atención, el restaurador ha aprovechado para pedir que se creen escuelas que formen a
profesionales cualificados para el sector de la hostelería.
Este jueves ha cerrado las puertas de su negocio y ahora comenzará una nueva vida, a la que se tendrá que acostumbrar, sin el bullicio de las cocinas y la prisa por atender al cliente.
El restaurante Santiago de Marbella, cerrado ya este jueves por la tarde.