Esther Ráez: "Pablo adoraba su pueblo, estaba enamorado de Marbella"

En medio de una gran expectación mediática y en un teatro lleno, se ha rendido este martes homenaje a dos vecinos de Marbella y a una asociación por su dedicación al municipio. 

Destacados reconocimientos a Aspandem, que realiza una labor espectacular a favor de personas con dispacidad intelectural, y también para el periodista Salvador de la Peña, muy vinculado ahora al movimiento cofrade. 

Pero, sin duda, el protagonista de la mañana, aún en su ausencia, ha sido Pablo Ráez, presente en la mente de todos y a cuyos familiares se le ha entregado la distinción que se le concedió en vida y que no ha podido recoger. 

Especialmente emotivas han sido las palabras de su hermana Esther, que se dirigió al auditorio tras recoger la medalla y el diploma junto a su padre Francisco. 

Con gran entereza, realizó un precioso discurso, desde el corazón, en el que habló de Pablo y de su lucha, y agradeció a todas las personas que se implicaron en ella y donaron médula. 

Sufrimiento

"Le he visto sufrir durante mucho tiempo y es algo que será difícil de olvidar, ha sido el peor periodo de mi vida y de la de mis padres", comenzó diciendo. 

Pero prefirió recordar otra parte, la infancia de Pablo, al que definió como un "niño muy alegre, siempre con una sonrisa que nos transmitía mucha alegría". 

"Pablo adoraba su pueblo, estaba enamorado de Marbella", dijo, y destacó la reciente remodelación que se hizo en la calle Lobatas, en el Casco Antiguo de Marbella, donde vive la familia. "Ha visto el empedrado, está preciosa, y ha sido feliz así", añadió.

Y también habló de la campaña que emprendió su hermano a favor de la donación de médula ósea. "Era un idealista y este es su legado", señaló, y dio las gracias a todos las personas que han donado.

Por último, recordó que Pablo sabía que se le iba a conceder esta medalla y que ahora la lleva "en su corazón".  

El resto de galardonados también tuvieron palabras para el joven marbellí. María José Morales, presidenta de Aspandem, recordó desde el escenario que "la donación salva vidas", y Salvador de la Peña también comenzó su discurso hablando de Pablo Ráez. 

"Esperaba haber compartido contigo este escenario, lo siento más de lo que puedas pensar", dijo. 

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