Monterroso ha indicado que la situación en la que se encuentran los empleados responde a un modelo de negociación laboral que rompe el pacto social que se había logrado establecer en la Costa del Sol. “Las soluciones para hacer frente a la crisis económica se adoptan siempre afectando a la parte más débil del sistema productivo, que son los trabajadores”, ha apuntado el edil, que ha constatado que algunas empresas, como diversos hoteles del municipio, aprovechan esta circunstancia para reducir el peso de las plantillas laborales y poder vender los establecimientos con una mayor garantía de compra.
“Tenemos los ejemplos del hotel Incosol, de la cafetería Marbella y, ahora, el de La Quinta. Todos presentan el mismo patrón, que es deshacerse de una parte de la plantilla para poner el establecimiento en las mejores condiciones para su posible venta a un tercero”, ha ilustrado Monterroso.
IU denuncia también, ha añadido el concejal, la práctica de algunos empresarios de acogerse a la estacionalidad de sus negocios como fórmula para solucionar problemas de solvencia económica. La estacionalidad de una empresa, ha explicado Monterroso, solo se puede alegar en ocasiones puntuales, “pero no puede usarse como un patrón general al que se pueda acoger cualquiera”.
La estacionalidad, ha advertido el concejal, se está convirtiendo también en una pésima lacra para la imagen turística de Marbella. “No sería conveniente que la Costa del Sol sea conocida por que sus hoteles están cerrados largas temporadas al año. La imagen que se ofrece al exterior no es la que debería dar la comarca, que tendría que ser de seriedad, solvencia, atractivo e incertidumbre”, ha apuntado.
Monterroso ha recordado que la pretensión de la dirección del hotel La Quinta por convertirse en un establecimiento de temporada no concuerda con su volumen económico ni sus expectativas de negocio. “El hotel está ligado a la práctica del golf, deporte que no se ajusta a ningún periodo, sino que se ejercita durante todo el año”, ha señalado.
El edil ha instado a las partes a negociar una salida viable para el hotel sin recurrir a soluciones “drásticas y unilaterales que acaban recayendo sobre la clase trabajadora, la parte más débil, lo que es injusto y perjudicial para la imagen del municipio”.