En concreto, desde la coalición alertan de avenidas de agua en los suelos urbanizables de los ríos Guadalmedina, Guadaiza, Verde y Real y los arroyos del Chopo, Benabajo, de La Cruz, Piedras, Realejo, Siete Revueltas, Alicate, Sevilla, Real de Zaragoza y La Víbora. La formación pedirá también a los órganos competentes y a los titulares de los terrenos y urbanizaciones afectados que consoliden las actuaciones que prevé el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para evitar los riesgos de avenida.
El concejal-portavoz de IULV-CA en el Consistorio, Enrique Monterroso, ha asegurado que el municipio presenta un régimen pluviométrico especialmente concentrado en otoño, “por lo que no se puede ignorar la llegada de frentes y de fenómenos como la gota fría”. “Esperemos que no haya que hacer bueno el refrán de Solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena”, ha añadido.
Monterroso ha denunciado la actitud de los políticos que solo están pendientes “del corto plazo y que no planifican las acciones, que solo atienden las demandas inmediatas y a los intereses electoralistas”. “La obligación de los gobernantes es anticiparse a los problemas y no lamentarse”, ha señalado.
El portavoz ha recordado que su formación siempre ha denunciado el estado de abandono en el que se encuentran algunos cauces del municipio, sobre todo el de La Víbora, en Las Chapas, y ha criticado la labor del equipo de gobierno municipal, del que ha dicho que en estos años “solo se ha dedicado a echar balones fuera acusando a la Agencia Andaluza del Agua de la limpieza de los numerosos arroyos, cuando estas funciones corresponden al Ayuntamiento, ya que son cauces que discurren por suelos urbanos consolidados”.
Monterroso ha señalado que las avenidas de agua en Marbella llegan a afectar a zonas urbanas consolidadas del municipio próximas a los cauces públicos como consecuencia de la menor pendiente transversal de los ríos en los tramos inferiores de la desembocadura costera.
“La escasa pendiente y el efecto tapón en algunos puntos del mar produce reducciones en la velocidad del agua y en consecuencia mayores ocupaciones de suelo que constituyen las llanuras de inundaciones de los cauces públicos y que no se han respetado en los planeamientos urbanísticos de las últimas décadas”, ha apuntado.