La venta ambulante, ha apuntado Monterroso, se rige por una directiva europea, conocida como Bolkestein, que la Junta de Andalucía se vio obligada a asumir y que establece entre 1 y 4 años el periodo de las licencias que habilitan a los profesionales del sector a desarrollar su actividad.
Sin embargo, plazos tan breves de tiempo, ha añadido el edil, impiden a los vendedores rentabilizar la inversión que tienen que realizar para poner en marcha su actividad, por lo que genera inseguridad e inestabilidad en actividades económicas que normalmente son de ámbito familiar o ponen en riesgo la continuidad del negocio. La directiva, además, no garantiza la renovación de las licencias.
Para eliminar la incertidumbre que supone la norma comunitaria, la Consejería de Turismo y Comercio de la Junta, que encabeza IU, aprobó un Decreto-Ley que amplía a 15 años la vigencia de las autorizaciones, prorrogables a otros 15. Para hacer efectivo el Decreto, los ayuntamientos tienen que incorporarlo a su ordenanza.
“La Directiva no tiene en cuenta la realidad del comercio andaluz, ya que la venta en mercadillos es una práctica muy arraigada y en torno a ellos se produce en muchos casos una vertebración social”, ha señalado Monterroso.
Díaz ha adelantado que IU en el Parlamento autonómico propondrá incluir a los vendedores ambulantes en los programas de fomento del Comercio Interior de Andalucía, lo que permitiría a los profesionales del sector beneficiarse de ayudas y ser reconocidos como una parte imprescindible del modelo comercial andaluz.