La iniciativa contempla crear una comisión compuesta por técnicos, representantes políticos y ciudadanos para valorar las posibilidades de desarrollar una propuesta que, según ha apuntado el concejal, haría de Marbella una ciudad sostenible, ya que se fomentaría el uso de las bicicletas y los desplazamientos a pie y se eliminaría la contaminación acústica y del aire.
Monterroso ha destacado que la propuesta también permitiría reducir el número de atropellos, como ocurre en otras ciudades europeas en las que ya se aplica la medida. “Un peatón tiene un 95 por ciento de sobrevivir si el vehículo que le atropella circula a 30 kilómetros por hora. Si el vehículo va a 50 por hora, el viandante tiene un 55 por ciento de opciones de salvar la vida. Por encima de los 70 kilómetros a la hora, los casos más frecuentes son los fallecimientos o los graves problemas de salud y movilidad”, ha explicado Monterroso.
La localidad pionera en aplicar esta práctica fue Pontevedra, donde no se registró ningún fallecido por atropello entre 2007 y 2010. “Los efectos reales de limitar la velocidad son incontestables”, ha resumido el concejal, que también ha destacado los casos de Málaga, donde la velocidad por el casco antiguo se ha reducido a los 20 kilómetros por hora, Valencia, a 30 kilómetros, y París, cuyo alcalde ha anunciado que se ampliará el número de calles en las que los vehículos verán limitada la velocidad.
Monterroso ha subrayado otros beneficios que podría conllevar la aplicación de la medida, como, por ejemplo, reducir la contaminación acústica, ya que se lograría una disminución de tres decibelios, y del aire, y el fomento de los desplazamientos a pie o en bicicleta. “Es hora de terminar con los privilegios históricos del coche para dar mayor protagonismo a peatones y ciclistas. El reto va más allá de la convivencia amigable. Se trata de transformar el modelo de ciudad y la forma de moverse”, ha concluido Monterroso.