Las alarmas saltaron ayer cuando, en torno a las 10 horas, la delegación provincial de Educación ordenó el desalojo de todos los centros escolares del municipio por temor a una fuerte tromba de agua. En la zona de El Torcal y Álora cayeron más de 200 litros/m
2 y todo hacía indicar que esa masa de agua se dirigiría hacia Marbella, cosa que finalmente no ocurrió
Al final ayer solo cayeron unos 10,6 litros por metro cuadrado en una jornada normal y lluviosa como cualquier otro septiembre. Sin embargo las precipitaciones de esta mañana han dejado más agua en Marbella. En las últimas seis horas han caído en la ciudad 22,6 litros/m
2 recogidos en la estación de la depuradora y poco más de un litro por metro cuadrado durante la pasada noche. La Agencia Estatal de Meteorología ha mantenido hasta las 12:00 horas la alerta amarilla. La previsiones apuntan a que la lluvia remitirá a partir de esa hora. Esta tarde apenas se esperan chubascos y tampoco mañana.
La alerta roja decretada provocó que miles de padres tuvieran que acercarse hasta los colegios de sus hijos para evacuarlos. La estampa se repitió en las guarderías y también los institutos donde tampoco se crearon mayores contratiempos.
Las lluvias tampoco han creado excesivo problemas salvo los habituales en este inicio de temporada lluviosa con la formación de algunas balsas de agua y algunos pequeños accidentes de circulación por culpa de la calzada mojada.
En total este mes de septiembre ha dejado ya en la localidad 61,4 litros por metro cuadrado. Mucho más que las lluvias del pasado mes de septiembre cuando apenas dejaron 4 litros/m
2. Las lluvias han llegado en el mejor momento. Hace un mes se produjo el mayor incendio en los últimos años en la Costa del Sol que calcinó más de 8.000 hectáreas en los municipios de Marbella, Mijas, Ojén, Coín, Monda y Alhaurín El Grande.
Los expertos en medioambiente y reforestación apuntaron tras el incendio la importancia de que lloviera pronto para refrescar definitivamente la zona y que se recuperen algunos de los árboles que no llegaron a quemarse con el fuego, pero que sí sufrieron las fuertes temperaturas y la cercanía de las llamas.