La última sesión del año de este juicio, que se reanudará el 8 de enero, ha contado con tres declaraciones destacadas, la última de las cuales ha correspondido a Juan Antonio Roca, aún en prisión, que ha comparecido como testigo de la defensa de Julián Muñoz.
Roca ha reconocido que pagaba, a través de la sociedad municipal Planeamiento 2000, a Muñoz y a otros dos concejales la cantidad de 200.000 pesetas mensuales, según un "acuerdo alcanzado que así me lo exigía", ha dicho. No ha podido concretar la fecha de dicho pacto, aunque sí ha señalado que sería en la segunda legislatura, entre 1995 y 1999. Además, ha asegurado que esos acuerdos se los comunicaba siempre al alcalde, Jesús Gil.
Según Roca, el Tribunal de Cuentas fiscalizó estos pagos y finalmente "los dio por válidos" tras aportarse el acuerdo del consejo de administración de Planeamiento. Estas cantidades, explicó, se abonaban por "asistencia" al consejo del que era miembro.
El exasesor de Urbanismo también ha dicho que un pago de casi dos millones de pesetas a Julián Muñoz realizado en 1998 fue porque él lo adelantó para una cacería y luego se lo reembolsaron. Como anécdota, tras la declaración, Julián Muñoz ha tratado de abrazar como hace habitualmente a Juan Antonio Roca, pero el presidente de la sala ha señalado que "no se permiten actos protocolarios".
También han declarado esta mañana la representante de Isabel Pantoja, María Navarro, y una ayudante y amiga de la tonadillera, Teresa Pollo, quienes han afirmado que Julián Muñoz "nunca" dio dinero a la artista durante su relación, sino que más bien sería "al contrario", dijo Pollo. Ambas han confirmado que el exalcade no estaba autorizado en las cuentas de Pantoja.
Las dos testigos han asegurado que la cantante siempre tenía en casa, como era su "costumbre", mucho dinero en efectivos producto de sus galas, que ingresaban en el banco alguno de sus colaboradores ya que ella iba poco a estas entidades. Teresa Pollo ha reconocido que hizo ingresos de dinero en efectivo en cuentas de la tonadillera.
En su declaración, también ha afirmado que los ingresos de 3.000 euros en días consecutivos provenían del cambio de los 40.000 dólares que le dio Isabel Pantoja en un sobre, provenientes de una gala, y que fraccionó siguiendo indicaciones del director del banco para que ella no apareciera como la titular del efectivo.
Sobre el restaurante Cantora en Fuengirola, ha explicado que allí era "los ojos de la dueña" y que se encargaba de recoger de la caja fuerte el dinero recaudado, aunque no comprobaba los tickets. En su opinión, este establecimiento funcionaba muy bien, e incluso estuvo "desbordado" con lista de espera de tres meses.
Por su parte, María Navarro, ha declarado que ella era la representante de Isabel Pantoja y que Julián Muñoz "solo se encargaba de ver que el camerino estuviera bien" y también del cátering. Además, explicó que en aquella época la cantante podría cobrar entre 60.000 y 80.000 euros por gala.