Salud mental de los hombres: señales para buscar ayuda profesional

Los factores que pueden repercutir en nuestra salud mental también son múltiples; como los biológicos, el contexto socio- económico, culturales, hábitos y estilos de vida. Y, por eso, son muchas las cuestiones que debemos tener en cuenta para cuidarla.

El sufrimiento forma parte de nuestra existencia y, a lo largo de nuestras vidas, todos vamos a afrontar situaciones y vivencias de malestar emocional. Pero no debemos dejar que ese estrés se acumule y acabe afectando a nuestra salud mental: hablar sobre ello será la clave para cuidar nuestro cuerpo.

¿Por qué los hombres evitan buscar ayuda psicológica?

“No solo existen diferencias biológicas, de entre sexos, sino que hay aspectos socio- culturales que también influyen en no pedir ayuda”, explica el doctor Luis Jiménez Suárez, especialista en psiquiatría en HC Marbella.

En el estereotipo masculino a lo largo de la historia, en nuestra cultura, en los cines, en la televisión, quizá se hayan resaltado ciertas cualidades masculinas entre las que no están la capacidad de identificar, gestionar y expresar nuestras emociones de forma saludable.

Así, mostrarnos vulnerables y solicitar ayuda no siempre es fácil para los hombres, “y eso puede aumentar ciertos prejuicios y creencias erróneas sobre su salud mental”.

Pero lo cierto es que, si nos fijamos en datos estadísticos y epidemiológicos, podemos encontrar que ciertos trastornos mentales tienen una mayor prevalencia y peor pronóstico en los hombres, como son las conductas adictivas y el suicidio consumado.

Por tanto, los problemas de salud mental también son cosa de hombres y es importante visibilizarlos para favorecer el acceso a la ayuda profesional y eliminar el estigma que los rodea.

Alertas para buscar ayuda en salud mental

La observación y los conocimientos por parte de nosotros mismos y de nuestro entorno es una herramienta muy útil para detectar cambios sutiles en nuestra salud mental, en nuestro estado de ánimo, en nuestros niveles de ansiedad; cambios en la intensidad, duración y proporcionalidad de nuestras relaciones emocionales, deterioro en nuestras relaciones personales, cambios en nuestra conductas, el abandono en cuidados básicos, la dificultad de mantener nuestras rutinas, aislamiento social, la alteración del sueño, cambios en el apetito, malestar físico.

Y, aunque la autoexploración es un recurso muy útil, “tenemos que tratar de evitar los autodiagnósticos y por supuesto recurrir a la ayuda profesional cuando lo necesitemos” y dejar de sufrir en silencio. Porque muchos de estos trastornos son tratables con la adecuada atención psicológica y/o psiquiátrica.