El nuevo monarca de Arabia Saudí, de 79 años, ha garantizado la estabilidad del reino al nombrar enseguida como heredero a su hermano el príncipe Muqri, de 69 años, y como segundo en la línea sucesoria al trono a su sobrino Mohamed Bin Nayef, de 55.
El anuncio ha sido rápido, antes de que se celebrara el funeral por Abdalá, para acallar cualquier tipo de especulación sobre posibles disputas entre las diferentes ramas de la familia real.
Salman Bin Abdulaziz ocupaba el cargo de ministro de Defensa desde 2011 y de viceprimer ministro desde 2012. Hasta entonces, había sido gobernador de Riad desde 1969.
El nuevo monarca es un enamorado de Marbella, donde es propietario del palacio Al Riyad, en la Milla de Oro y muy cerca de la mezquita del fallecido rey Fahd, donde también es habitual verle rezando durante el verano.
Sus visitas a la ciudad son muy habituales, donde en ocasiones se ha encontrado con el rey Juan Carlos, y su gran yate, el "Shaf of London", es una de las atracciones de Puerto Banús. También es conocida su predilección por desayunar churros en la plaza de Los Naranjos.
La princesa Sara Fahd bin Salman, nieta del nuevo monarca, se casó en Marbella en 2011, en el último gran acontecimiento que protagonizó la familia real saudí en la ciudad, dando un importante impulso a su economía con más de 1.500 personas que llenaron los hoteles de lujo.
El rey Fahd, hermano de Salman, fallecido en 2005, fue otro gran amante de la ciudad marbellí. Sus visitas se convertían siempre en un gran acontecimiento y se recuerdan las de 1999 y 2002, que dejaron millones de euros de beneficios, siempre marcadas por el derroche y los excesos.
La Casa Real saudí dispone en Marbella del impresionante palacio Al-Nahda (El Rocío), construido a imagen de la Casa Blanca.
El yate del rey Salman, atracado habitualmente en Puerto Banús. (Foto: J.C.A.)