Un año más, y ya son demasiados, el equipo sénior femenino del Club Waterpolo Marbella tendrá que disputar sus partidos como local en Primera Nacional fuera de su ciudad.
Marbella sigue sin tener una piscina reglamentaria para la práctica del waterpolo categoría nacional y el club deberá desplazarse para jugar la competición.
Una situación que podría entenderse como un parche momentáneo pero que ya se alarga en el tiempo, hasta hacer que parezca normal que uno de los principales clubes de waterpolo de Andalucía, con una cantera extraordinaria, tenga que salir fuera de la ciudad para jugar como local.
El concejal de Deportes en el Ayuntamiento de Marbella,
Manuel Cardeña, celebraba esta semana el acuerdo y daba las gracias al Consistorio fuengiroleño por ceder sus instalaciones al club marbellí.
Un acuerdo que supone una vergüenza para la gestión deportiva que se está realizando desde el equipo de Gobierno, que condena a los clubes a tener que pedir prestadas instalaciones para disputar sus partidos.
Cada año que pasa parece más evidente que la ejecución de una nueva piscina no va a llevarse a cabo, y eso que desde el PP se ha vendido de manera repetida la inminente construcción de una estructura
desmontable en La Campana.
De momento nada se sabe de dicho proyecto y, mientras, el club marbellí sigue abocado a tener que desplazarse 30 kilómetros para jugar sus partidos de liga como anfitrión en la temporada que está a punto de comenzar.
Será la tercera temporada en
Fuengirola, donde comenzó a jugar en la temporada 2018-19, tras el ascenso. En la etapa anterior en categoría nacional jugaron en
Torre del Mar.
El
equipo masculino sénior utilizó en 2012, tras el ascenso a Primera Andaluza, una piscina al aire libre en
Torremolinos y, posteriormente, también la de Torre del Mar.
Hay que recordar que la alcaldesa,
Ángeles Muñoz, lleva once años al frente del Ayuntamiento, en los que no ha resuelto el problema de tener una piscina reglamentaria para competición sénior.
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