“Me encuentro fenomenal”, explicaba el marbellí antes de la prueba. “He pasado mucho tiempo concentrado en altitud y creo que le he sacado bastante partido. Nunca es lo mismo el entrenamiento que la competición, por supuesto; pero me siento genial y capaz de hacerlo bien, tanto en Dauphiné como en el Tour”.
De las ocho etapas de la Dauphiné, ninguna será completamente llana, tres terminan en alto y una se disputará en la modalidad contrarreloj. Para el ‘Lince Andaluz’, el punto fuerte de la ruta no vendrá en ningún final sino a mitad de la séptima, cuando se ascenderá el mítico Alpe d’Huez. “Tengo muchísimas ganas de pasarlo. Es una montaña mítica y con la que he soñado mucho tiempo”, comenta ilusionado.
Respecto a su papel en esta prueba, Maté tiene claro que quiere “encontrar el ritmo de competición” y “ayudar en lo máximo posible” a su equipo, Cofidis, que participa junto a él en esta carrera al español Dani Navarro, el estonio Rein Täaramae y los franceses Jérôme Coppel, Christophe Lé Mével, Yoann Bagot, Rudy Molard y Tristan Valentin.
Este domingo se ha disputado la primera etapa, que ha visto el triunfo del canadiense David Veilleaux (Europcar), que es el primer líder al rematar una escapada que se formó prácticamente en la salida junto a otros tres corredores más.
El pelotón principal entró a 1:57 del vencedor, que llegó a la meta en solitario. Luis Ángel Maté concluyó en un segundo grupo de once unidades a 2:24 de Veilleaux.
Este lunes se disputa la segunda etapa, entre las localidades de Catel y Oyonnax, de 191 kilómetros y de características similares a la jornada inaugural. Un trazado muy quebrado que se presta a las emboscadas, con un continuo subir y bajar, con cuatro puertos de cuarta, uno de tercera y dos de segunda, el último de ellos, el Sentier (2ª) y cuya cima está a una doce kilómetros de meta.