- Va a ser difícil superarlo, para nosotros ha sido histórico, los mejores resultados de nuestra historia como Federación. Llegar a tres finales ni en el más osado de mis sueños me lo planteaba. Llevamos ocho años con un trabajo muy metódico y en Pekín ya tuvimos diplomas. Como deporte minoritario ha sido un revulsivo porque hemos llegado a muchos hogares. No podemos pedir más, que la gente haya vibrado con nosotros y le guste este deporte.
- Sí, ella fue una de las mujeres que inició esto, la imagen del taekwondo en aquella época, pero al nivel de ahora nunca hemos estado, esto ha sido muy importante. Brigitte (Yagüe) hizo el saque del Mallorca y del Madrid, Joel (González) fue recibido por el Ayuntamiento, Nico (García) por los colegios de promoción. En aquella época se diluyó porque había muchas medallas, pero ahora se han dado todas las circunstancias necesarias para que la prensa se interesara por nosotros. No llegaban medallas, el fútbol no había pasado, etc.
- Pues no sé, unas cuantas, los medios preguntaban constantemente. Ha sido la primera vez en mi vida que me sentaba en una rueda de prensa, con más de 20 personas delante. Ha sido bestial.
- ¿Cómo es un día suyo en el CAR de San Cugat?
- Es duro porque trabajo también para el CAR en la parte administrativa, de 9 a 17:30 en la residencia, y luego de 18 a 20:30 en la sala de entrenamientos, además de la preparación física que hacemos de 7 a 9 de la mañana. Queremos que los deportistas se formen también para que luego tengan salida al mundo profesional cuando dejen de competir. Por eso luego tienen que estudiar y hacemos esta parte tan temprano. Ahora tendré que dejar uno de los dos trabajos, no puedo seguir con este ritmo.
- Medallista en JJOO, campeona del mundo, de Europa, de la copa del mundo, ¿con qué se queda?
- Sin duda, con Barcelona 92. Si es grande ir a unos juegos, que sean en tu casa en lo máximo. El ambiente, la gente, te da alas como deportista. También hubo una inversión muy grande y se notó.
- Debutó con 21 años en Seúl y acabó con 33 en Sydney, ¿cómo se aguantan más de doce años al máximo nivel?
- Tengo la suerte de que me encantaba entrenar y eso ayuda mucho. También me respetaron las lesiones, solo tuve dos, un entrenador que te motive, una ambición para la competición, disfrutar con ella, todo esto te ayuda a mantenerte en el deporte. El día que te planteas seguir ya no debes hacerlo y a mí eso me llegó de una manera natural. Quizá aguanté un poco para llegar a Sydney.
- ¿Cómo lleva haber sido la primera malagueña en unos Juegos Olímpicos?
- Pues no lo sabía hasta hace poco, pero es un orgullo, ser la primera en algo es muy importante. Abrimos un camino y ahora muchas cosas que antes eran complicadas pues ya son normales. Es el logro conseguido.
- ¿Como empezó a practicar taewkondo?
- Pues porque me gustaban las películas de Bruce Lee, me da un poco de vergüenza reconocerlo. Aquí en San Pedro había un gimnasio, Raúl Vázquez trajo este deporte y la persona que me enseñó a mí fue una de sus alumnas, Ana Millán. Empecé con 14 años, un poco tarde pero venía de hacer otros deportes, baloncesto, balonmano, etc.
- Se fue después a Granada y de repente recibió una beca y acabó en Seúl.
- Sí, me fui a Granada a estudiar y busqué un gimnasio cerca de Zaidín. Estuve con José Manuel Fernández y me dijo que tenía que competir. Probé y me fue bien. Nunca soñé con que esto fuera mi vida, llegó todo de forma natural. Gané el campeonato de Andalucía, el de España y estando en la grada me preguntaron si tenía el pasaporte para ir al extranjero. Eso fue en el 86 y luego ya acudí a Seúl en 1988.
- Y al final, el traslado a Barcelona dejando su tierra.
- Me dio mucha pena abandonar a la familia, mi hermana pequeña, dejé mucho detrás. Tomé la decisión y ellos me apoyaron, bajaba tres veces al año. Al final esto te atrapa y lo dejas todo.
- En la Copa del Mundo en 1991 en Zagreb, por 150 gramos no la dejaron competir y estuvo a punto de retirarse.
- Lo pasé muy mal. Me pesé una vez y di de más, me fui a correr, sudé y de nuevo volví a dar más peso. Ya no me dejaban subirme más a la báscula, solo dos veces. Yo creo que perdí los 150 gramos llorando. Recuerdo mucho aquello porque empezaba el conflicto de los Balcanes y estaba todo lleno de militares. Me planteé dejarlo pero fue un berrinche del momento.
- ¿Qué relación tiene ahora con San Pedro Alcántara?
- Tengo mucho contacto, mantuve siempre las amistades. Yo me siento muy de aquí aunque lleve 23 años en Barcelona, allí me han tratado muy bien, pero me hago vieja y me apetece cada vez más venirme para acá. Si tuviera mi trabajo de allí aquí no volvía para Barcelona. Me gusta mucho San Pedro, aquí está mi familia, amigos, tengo todos los vínculos. He viajado mucho pero este es un sitio privilegiado para vivir. Cuando acabe mi trabajo me volveré.
- ¿Qué le parece propuesta de que el Palacio de Deportes de San Pedro lleve su nombre?
- Estoy encantada, para mí es un honor, es algo que le gusta a todo el mundo. Lo que dice ese nombre es que se reconoce lo que he hecho. Espero que sea pronto porque llevamos ya muchos años desde que se aprobó por unanimidad. El otro día hice una broma con un periodista y le dije que esperaba que no fuera a título póstumo. Será un placer.
Un espectacular currículum con seis juegos olímpicos