Solo dos ciudades, Marbella y Granada, se mostraron dispuestas a acoger el regreso de la Copa Davis a España, donde no se juega un partido desde septiembre de 2013.
El canon que pide la Federación es importante (400.000 euros más IVA), al que hay que añadir el resto de gastos de organización, en este caso la ampliación de la pista de Puente Romano y la solución para el evidente problema de aparcamiento.
Por ello, finalmente otras ciudades como Murcia decidieron retirarse. Marbella cuenta con el respaldo económico de otras instituciones, como Junta de Andalucía, Diputación de Málaga y Mancomunidad de la Costa del Sol Occidental.
En todo caso, será dinero público el que se destine a acoger este evento, que presenta unos riesgos evidentes que podrían perjudicar el retorno que se espera tenga para la imagen del municipio.
Por un lado, España no atraviesa su mejor momento en esta competición. Tras ganarla en 2012 por última vez, se inició un declive que incluso ha llevado a estar dos años (2015 y 2016) fuera del Grupo Mundial.
Este año, en el regreso, se cayó en cuartos de final ante Serbia, tras haber ganado en la primera ronda a Crocia. El equipo español estuvo formado por valores emergentes, pero con poco tirón aún, como Pablo Carreño, Roberto Bautista y Albert Ramos-Viñolas y los más veteranos Marc López y Feliciano López.
Duda de Nadal
La presencia en Marbella del número 1 mundial, Rafa Nadal, es toda una incógnita y lógicamente si no acude restaría mucho impacto a la eliminatoria.
El manacorí se ha prodigado poco en los últimos años en la Davis. En 2016 solo jugó un partido de dobles, en 2015 dos partidos, igual que en 2014. No disputa una primera ronda, como la que tendrá lugar en Marbella, desde 2011.
Y es que las fechas no son las mejores tampoco para su presencia, ya que la eliminatoria ante Gran Bretaña tendrá lugar poco después del Open de Australia.
Si Nadal avanza mucho en este torneo, o llega a la final, se complicará más que venga a Puente Romano. Hay que recordar que en 2009 no vino a jugar contra Alemania.
Algo similar ocurre en el lado británico con el escocés Andy Murray, actual número 3 mundial. Un duelo con Nadal en Marbella sería lo deseado, pero también parece difícil por su parte.
Murray no ha disputado este año ninguna de las dos eliminatorias que jugó su país. En 2016 sí se implicó más y estuvo en la primera ronda y en la semifinal, y sobre todo en 2015, jugando siempre para dar el título a Gran Bretaña.
Riesgo de lluvia
Otro factor de riesgo importante será el meteorológico. Granada ofrecía un pabellón cubierto pero en Marbella se jugará al aire libre.
La posibilidad de lluvia no se puede descartar a primeros de febrero y eso alteraría los partidos. En 2009 se jugó en julio, cuando es prácticamente imposible que haya precipitaciones en la ciudad.
Por tanto, todo está en el aire, a la espera, sobre todo, de que los dos números uno decidan participar. Ahí estaría el gran éxito para Marbella, y también el fracaso si no vienen. Desde luego, se trata de una apuesta arriesgada.
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