Antes de comenzar la etapa, Maté señalaba ante los micrófonos de Televisión Española que su objetivo era llegar a meta y, después, en la última semana de carrera, centrarse en acabar la Vuelta y pisar las calles de Madrid.
Y el marbellí ha conseguido salvar la jornada, ha cubierto a su ritmo una dura etapa con dos subidas al Mirador del Fito y el final en los Lagos de Covadonga, donde ha llegado con un amplio grupo de corredores que han cedido 37:31 y entre los que estaba el campeón el mundo, Peter Sagan.
Lo de menos era el tiempo y sí conseguir evitar el fuera de control, algo que ha logrado sin problemas. Ahora llegan dos jornadas de descanso para él, este lunes, en el que no hay etapa, y el martes en la contrarreloj, en la que tampoco va a salir a gastar energías.
Por tanto, dos días para intentar recuperarse y afrontar la recta final de la carrera en la que intentará mantener el maillot de la montaña, que luce desde la segunda etapa, en Caminito del Rey.
No va a ser fácil, porque su máximo rival, el belga De Gent, ha aprovechado el mal estado físico del marbellí y le ha recortado puntos, al igual que ha hecho Benjamin King, el tercero en discordia para este premio.
Ahora mismo, Maté tiene siete y ocho puntos de diferencia sobre ellos, por lo que todo dependerá de que el ciclista de Cofidis pueda recuperar el tono físico.
En caso contrario, su objetivo será llegar a Madrid donde, pase lo que pase con la montaña, habrá completado una gran Vuelta a España.